Observaciones:
En las metas e indicadores se debe visualizar la situación particular de niños, niñas, adolescentes y jóvenes indígenas y afrodescendientes, respondiendo así a la MP 89 (referente al combate a la violencia, en el capítulo sobre pueblos indígenas) y a la MP 93 (referente al entrecruce de desigualdades raciales, de género y generacionales, en el capítulo sobre personas afrodescendientes). Los niños, niñas, adolescentes y jóvenes con algún tipo de discapacidad también deben ser objeto de atención especial. Los índices de frecuencias relativas pueden ser tasas correspondientes a un período de referencia o porcentajes acumulados y para su cálculo se requieren definiciones precisas de qué se entenderá por violencia (con distinciones de grado, eventualmente). En este caso, la autodeclaración en encuestas se considera preferible como fuente a las denuncias policiales o judiciales. Los indicadores deben desagregarse por sexo, grupos quinquenales de edad, condición socioeconómica, zona de residencia y condición étnica, al menos.
Posibles líneas de acción:
1. Diseñar e implementar estrategias intersectoriales contra todo tipo de violencia, en especial hacia los niños, niñas, adolescentes y jóvenes.
2. Implementar la educación integral contra la violencia.
3. Desarrollar cursos sobre convivencia pacífica, buen trato y equidad de género en las escuelas.
4. Establecer dentro de las escuelas reglamentos de convivencia y planes para el buen trato entre directivos, docentes, profesores y estudiantes.
5. Impulsar programas de prevención de la violencia juvenil y la violencia basada en género.
6. Instaurar programas de asistencia y apoyo sicosocial y judicial a niños, niñas, adolescentes y jóvenes que han sufrido violencia.
7. Diseñar e implementar estrategias de comunicación y movilización social contra la violencia y a favor de la resolución pacífica de conflictos.
8. Diseñar e implementar políticas de inclusión económica y social de los jóvenes, con particular énfasis en los jóvenes en situación de vulnerabilidad.
9. Implementar programas extracurriculares de uso del tiempo libre con el soporte de padres y líderes de comunidades.
10. Fortalecer la institucionalidad de los operadores de justicia para reducir la impunidad en casos de violencia en contra de niños, niñas, adolescentes y jóvenes.
11. Promover el acompañamiento y el apoyo de las familias a niños, niñas, adolescentes y jóvenes, incluido el involucramiento de los hombres en la crianza.